La carrera presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris, a pesar de estar llena de controversias y divisiones, se une en un punto crucial: la necesidad de reducir los altos precios de los medicamentos en Estados Unidos.
En 2022, Harris emitió un voto decisivo en el Senado para permitir que Medicare negocie los precios de los medicamentos, beneficiando a más de 60 millones de personas. Mientras tanto, Trump, durante su mandato, luchó por políticas para reducir los costos de los medicamentos, aunque con éxito limitado.
La industria farmacéutica se ve amenazada por estos movimientos, enfrentando la resistencia de legisladores de ambos partidos que exigen una mayor regulación de los precios. La industria, que anteriormente evitaba la negociación de precios con Medicare, ahora se ve presionada a cambiar su posición.
Harris, con un historial de multas millonarias a las farmacéuticas y sus acciones en la Ley de Reducción de la Inflación, se perfila como una líder en la reducción de los costos de los medicamentos en el país. Su compromiso incluye extender estos beneficios a todos los estadounidenses con seguro médico, no solo a los beneficiarios de Medicare.
En contraste, Trump ha demostrado interés en reducir los precios de los medicamentos mediante la introducción de competencia y la importación de medicamentos a precios más bajos. Su enfoque se centra en desafiar a la industria farmacéutica y responsabilizarla por los altos costos.
La lucha por reducir los precios de los medicamentos sigue siendo un tema candente en la política estadounidense, con ambos partidos y sus candidatos comprometidos con la causa. El resultado de las elecciones impactará directamente en el futuro de la industria farmacéutica y en la economía de los ciudadanos.